Un niño de rizos hermosos con una mirada eterna llegó al mundo. Él sabía. Sabía cómo cambiar una lamparita, sabía cómo hacer polenta, sabía encontrar palabras. No se dejaba caer, no dejaba que la balanza pesara más en lo negativo. Construía castillos llenos de magia para protegerse de los dragones, construía el amor aunque sabía que el mismo implicaba ser un rehén del destino. No temía al mismo, lo entendía como era y, sobretodo, sabía que una gran porción de éste estaba condicionado por sus actos. Por eso los medía.
Este niño miraba la luna sin miedo a volverse loco, su autenticidad lo hacía indispensable para la vida y los caminos que recorría eran los más bellos ya que dejaban una huella imborrable.
Pasaron los años, y este niño nunca dejó de ser niño. Su sabiduría se reflejaba en sus ojos y se podía ver allí a toda la humanidad. Logró convertirse en gigante y no abandonar su esencia. Pudo crear con palabras y sonidos las cosas más hermosas; pudo trasmitir su mirada y logró el cambio.
Una noche, en una de sus aventuras, pudo conocer a un Desafío. No lo miró de lejos, sino a todas sus partes. Se acercó y descubrió que podían hablar, manejaban los mismos códigos. El Desafío tenía un secreto que le era imposible develar y por este motivo era reacio a todos. Sin embargo, pudo ver al niño que en ese momento llevaba Un Mundo Feliz en sus manos, justo lo que él necesitaba.
El niño tomó al Desafío entre sus brazos y lo hizo suyo. Fue una explosión que ambos buscaban desde hace ya mucho tiempo. Se deseaban y eso era bueno. Se entregaron al placer divino de ser amados. Ese placer fue infinito, como la mirada del niño.
26/12/2007
¿Qué es el amor?
Es un causante. El amor genera más amor, esa es su principal característica, sin ella el amor deja de ser amor.
A la vez, cuando existe amor, el Universo se envuelve en un polvo mágico lleno de felicidad. Cuando reina este sintimiento tan anhelado por todos, los seres que habitan ese Universo son eternos.
Si lo generado lastima, la piel tanto como los sentimientos, el amor se ha desvanecido.
El sentido más exacto de atarvesar este mundo es generando amor, con toda la responsabilidad que ello implica.
Give love, get love.
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