Esquel

Un frasco de talco para pies
se apoya sobre mi cadera
Los huesos se parten, y siempre vuelven
Sanar no es una opcioón
con caminos que están sin trazar
No hay surco y sí hay sinuosidad

Puntos cardinales que no se tocan
las señales van y vienen, de acá para allá
no todo lo que brilla es brillo
y cada vez que me mirás
veo, sin dudar, lo hermosa que soy

La transparencia es un objetivo
al que se llega con mucha sinceridad
Mi sangre late cada vez
y cada vez muero un poco más
El aire logra bajar hasta mi estómago
El color rojo de mis entrañas
aloja el deseoso porvenir
La hojas se secan, lo sé
y son tal vez
la mejor manera de volver a nacer.

Mi alama es de todos

Maldita seas cada vez que dejas de soñar
maldito tu pensar, en demasía
como chorros de agua que se desperdician
como los porteros de los edificios
que no apagan las mangueras
Maldito el color de los autos que
ameritan un golpe de calor.
Hay calor... Ay! El calor.

No es lo que buscás si es lo que buscamos si
queremos cantar bajo el mar
bien abajo, en lo profundo
Sí papá, hay que ir a lo profundo
y dejar de ser sólo una burbuja
explotada por algún cangrejo que
corre por ahí.

Quiero
correr, no, mejor caminar, o andar sobre ruedas. Quiero verte en cada pisca de polvo que baja por el cóncavo de la ostia que se encuentra fuera de la bellísima concha que aloja sin pensar una baba rugosa llena de mar.