Cómo eran las voces más allá de la suya. Cómo sería la de ella. ¿Cantaría? Se despertaba cantando todos los días una canción diferente. Y podía fingir que cantaba en inglés, en italiano. Y todas las canciones estaban mezcladas, y tenían una nueva letra, y ahí no había reglas y eran esas las verdaderas. Y las voces regresaban para cantar con él, y la de ella era suavemente grave, sin perder ese tono de mujer, con los acentos mezclados y las lenguas también. Y en la película, sobre el final, el quemado la va a buscar -Tim Robbins era- y ella le decía que no podía irse con él, porque tenía miedo de comenzar a llorar un día y nunca parar, e inundar la casa con lágrimas y ahogarlos a los dos. Y él le decía que aprendería a nadar.
Agua, por Marcelo Brito
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-32692-2012-02-28.html
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