
Cuántas veces he de subir a esa montaña casi imposible de escalar que significa el encuentro con la parte rota que queda al margen de todo pesar.
Mientras más camino hacia arriba, más se siente la cercanía a cierto estado de tranquilidad, aún cuando la cima aparece siempre lejos de la visibilidad de un mortal.
Un camino hacia arriba solo muestra la vista macro de los acontecimientos y hay un lugar donde la brisa recorre todo mi rostro para despejar. Allí hay agua y un candor perplejo que hace palpitar.
Luego, hay un momento que hay que bajar. Souvenirs de esta expedición para seguir con el cantar.
2 comentarios:
Me dan ganas de llorar tus escritos... son muy oscuros, muy luminosos, muy hermosos... muy transparentes, muy oscuros de nuevo, muy vos. Te amo ami.
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